En este largo fin se semana, que para algunos nos ha supuesto dejar abandondas ciertas cosas, como por ejemplo este blog, sin embargo ha sido de una gran productividad.
El viernes se presentó en Navalmoral la Marea Roja dispuesta a dejar el pueblo como los Chorros del oro y, lo cierto es, que lo consiguió.
Fruto de la casualidad de que salga bien un truco de magia, la zona de botellón, al día siguiente de salir en prensa y publicado en los carteles que veníamos a limpiarla, comenzó a asemejarse al salón de los espejos de Versalles.
Es una pena que, a pesar de haber quedado endeudado al ayuntamiento para 20 años por la contratación de una empresa de recogida de basura y limpieza, determinadas zonas, como esta de Ibiza, sólo sea limpiada cada 29 de febrero.
Pero bueno, el objetivo se consiguió, que era pelear por darles a los chvales un lugar digno y salubre para reunirse con sus amigos las noches de los viernes y sábados.
A pesar de esta súbita actuación municipal, que deben creerse que tenemos tanto déficit de ideas como ellos, nosotros nos fuimos a limpiar las zonas traseras de la localidad. Recogimos bolsas y bolsas de basura, fotografiamos los lugares, las pusimos en la plaza y en el jardincillo para que la gente conociera la realidad de ese endeudamiento y además aprovechamos para ejercer una función didáctica, separando los residuos, enseñando a reciclar y concienciando sobre la importancia de este tema. ( Y sobre el agua más tarde con un juego chulisimo al que se adherió una multitud de vecinos sin parangón ).
Tendrá que volver la marea roja para tener un pueblo limpio, pero esta vez será trabajando desde el ayuntamiento.
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