martes, 3 de abril de 2007

Camino a Elche con la L en la Nave del Misterio

Si existe algo peor a una noche de lujuria en un colchón de fakir es vivir la experiencia de hacerte 800 kms, pasar un día y volver, y todo ello en compañía del grupo " Los Hachazos ".
Tu, ingenuo y feliz, te montas en una cómoda furgoneta, discreta cual traje de Ágata Ruiz de la Prada y te dispones a pasar un fin de semana de vaciones, de relax...de alegría, pero a los diez minutos te das cuenta de que todo eso no es más que producto de tu imaginación.
Curvas interminables hasta Ciudad Real, algún comentario para ir calentando el ambiente, un derrape a lo Carlos Sainz para comprobar que la furgoneta se mantiene firme aunque tu salgas por la ventana, un Mercedes que se pavonea mostrando su majestuosa matrícula.. y el punto de inflexión, un coche parado, un conductor que juega a la ruleta rusa, mientras una maestra en llamar la atención, con una delicadeza Varariana advierte al volantista al grito de ! Frena, frena, frena!..." el coche calado y el corazón de Carlos ganando su primer Match Ball.
Ya, con la noche encima aparecía y desaparecían entradas en la autovía, Iker Jimenez investigando el caso, y el estómago pasando sus primeras facturas( porque hay una cosa que los asociados no saben, pero es que el Consejo tiene firmado un convenio con el Continente Asiático sobre manuntención y dietas de obligado cumplimiento).
Llegamos al hotel, la habitación bien iluminada, sobre todo por el cartel " Campanille" colgado en el crsital de nuestra ventana.
Al día siguiente la cosa prometía más, una vez que íbamos a estar descansados, pero claro...! linda quimera!, la presidenta, en un alarde de sublime cariño decidió comprobar si estábamos bien a base de telefonazos que punzaban el tímpano como un taladro la pared de Pedro J.
Despúes de comer comida no española, claro es, Manu y yo nos fuimos a ver la playa de Elche, que tanto había insistido el compañero Luis Meacuerdodetumadre Salaya. Dejamos la furgoneta en los aparcamientos de la playa, comenzamos a caminar, vemos un pabellón y me acerco con la boina apretada a rosca a preguntar - ¿ por favor, la playa está muy lejos?; el receptor otea tenuemente mi aspecto de Paco Martinez Soria y dice, pues a 14 kms en Santa Pola...sin palabras.
Después de poner los dientes largos a Laura y a Carlos con el sol y los top less fuimos a despertar al vice y uno, que como buen político, ni olvida ni perdona, al ver a un ternerito ahí dormidito, con su pecho-lampiño al aire, decidió lanzarse contra él acompañado por el tesorero, y al grito de ahhh! el corazón de Carlitos siguió latiendo porque dios quiso...la cara desencajada, manotazos al aire, lanzamiento de almoahada, un grito más fuerte que el nuestro....no existen palabras para describir algo así.
Mañana continuaré la narración del viaje, que se ha hecho demasiado extenso.

1 comentario:

Manu (rig3l) dijo...

Sublime, sencillamente sublime.

Te voy a proponer al premio planeta.