No sabemos si bajo los efectos de la última copa ingerida para conducir o porque el bigote haya echado raíces, que dañan algún nervio conectado al bulbo raquídeo, el señor de los "peperillos" ha manifestado su vergüenza porque el gobierno haya culminado con éxito el rescate de las azafatas.
Siente pudor porque se ha solicitado la ayuda del presidente francés, para que este interfiriera en las negociaciones con un estado eminentemente galo y, con el fin de garantizar el óbjetivo prioritario: "Una resolución pacífica del conflicto, logrando que las retenidas regresaran a España".
Estas declaraciones las ha vertido el hiperdiplomático Jose María Aznar, que entre sus mayores logros internacionales se encuentran: poner los pies encima de la mesa de George Bush (la lengua se la imaginan ustedes) y afirmar que es capaz de correr a 113 kms hora durante unos treinta minutos o más; o que el jacolet o como se escriba, sirva para adaptar un nuevo juego de tetris en nuestro país, con las piezas desmembradas de los difuntos.
Pero su mejor papel, dada su amplia dificultad, fue cerrar el triángulo de las Azores, ese gran acuerdo entre las tres superpotencias por el que quedó dibiujada la silueta de la península ibérica(con perdón de Portugal) e islas hispánicas en el punto de mira de los proyectiles islámicos.
! Eso si que era política internacional!, !qué tiempos!, !200 muertos, mentiras para no perder las elecciones y ahora siente vergüenza!.
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