Escucha al pueblo

Ayer, 20 de febrero del 2007, el pueblo andaluz tenía una supuesta cita con las urnas para dar su opinión sobre la norma básica que regirá su comunidad durante los próximos años. La respuesta fue clara, los andaluces le dijeron a la clase política que se dejen de gilipoyeces, que éstán desencantados, cansados de tantos dimes y diretes, de tanta confrontación y de que al final de lo que menos se preocupen es de ellos. Lo más preocupante no es que este sea un mensaje aislado, si no que ya lleva tiempo enviandose y nosotros haciendo oidos sordos o tapandonos los ojos como ocurrió con el referendum catalán o el realizado para dar el visto bueno a la Constitución Europea.
En cierto modo tienen razón. Se ha perdido el debate puramente político acerca de las necesidades, de como enfocar un problema y suele darse lo mal que lo hace uno y lo bien que lo hace el otro, y nosotros, en lugar de escucharlos seguimos obscecados en sembrar la crispación y de ayudar poniendo elecciones en carnavales, en el día de los santos en catalunya y en definitiva en las fechas adecuadas para fomentar el absentismo.
Quizás, en lugar de vender el gran respaldo que ha sacado el estatuto andaluz, con un voto favorable del ochentaytantos por ciento, deberíamos abordar el problema de por qué la gente no se acerca a las urnas.
Dicho esto, también he de decir que por eso me gusta tanto el candidato a la Junta de Extremadura por el P.S.O.E, porque en lugar de salir a atacar al pp o de responder a todo aquello que vierten sobre él cada vez que tienen ocasión, Guillermo Fernandez Vara se va paseando pueblo a pueblo escuchando a los vecinos, recogiendo sus preocupaciones y viendo la manera de darlas solución, que al fin y al cabo es lo que tiene que hacer un buen gobernante. No ha parado ni un sólo instante de dialogar y sobre todo de escuchar, saca 25 horas al día y estoy seguro de que eso el pueblo lo valorará, porque como cuenta que le dijeron un día: " si tu no tienes para mi, yo tampoco lo tendré para ti".