Sumido en mi narcolepsia e intencionadamente ignorante de todo aquello que me rodea, esta tarde he vuelto a disfrutar de la playa.
Hemos aparcado gracias a un señor muy divertido,algo zarrapastroso, que jugaba zarandeando su brazo derecho en forma de efusivo saludo. A mi padre le ha hecho tanta gracia que le ha dejado un euro de propina y le ha mandado recuerdos a su familia, aunque no alcanzo a comprender el por qué, si no lo había visto en su vida.
Resuelto el asunto del estacionamiento, nos hemos incorporado a la amplia extensión de fina arena que se abría ante nosotros. Hemos escogido un lugar en el que ubicarnos, hemos desembalado las mochilas, extendido las toallas, corrido detrás de ellas nada más soltarlas y definitivamente contratado a un enterrador que las desenterrara.
Cuando el sol se debatía entre la vida y la muerte, mis padres han decidido que fueramos a tomarnos unos refrescos. El establecimiento era un recinto multiusos, pues además de servir bebidas (cada hora y media o cosa así), realizaban operaciones de riñón.
Finalmente, aun atorados gracias al "shok facturil", hemos ido a una especie de mercadillo con que para ver cositas. Como eran unos señores famélicos y teníamos que darles de comer, hemos comprado un par de stand...! por ayudar eh!. Yo, concretamente me he regalado dos sombreros, los cuales estoy deseando estrenar.
Si más novedades desde Valencia, desearos que disfruteis de lo que queda de verano y mañana os cuentare: "correr por la playa mientras el extasis del top less te ayuda a la digestión de farolas".
1 comentario:
o sea que los famosos sombreros, los tienes por solidaridad con unos famelicos no? jajaja
un besazo wapo
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