Perdón por mi parte y el fin de la guerra.

Acabo de llegar del congreso federal de JJ.SS y me he sentado en el ordenador a leer el correo y a actualizar el blog. Iba a escribir dando la enhorabuena a la nueva ejecutiva y, especialmente a nuestra Leire Iglesias, directora del Injuve y a Isa Parejo que han entrado a formar parte del organigrama juvenil socialista a nivel nacional ( Una como presidenta y la segunda en la comisión de garantias ). Bueno, también le daré la enhorabuena a nuestra murciana que, además de estar buenísima es una excelente incorporación.
Como decía iba a hablar de esto, pero un e-mail recibido de parte de un miembro de AFA me ha hecho reflexionar. No lo voy a publicar sin que antes él me de permiso, pues era personal suyo dirigido hacia mí.
Creo que tiene razón en muchas cosas de las que en él se dicen. Quizás no hayamos sabido entender su caracter y sus tipos de bromas. Asegura, que no tenían ninguna mala intención, pero de todos modos pide disculpas, y seguramente no tuvieran esa mala leche que muchos vimos en el himno.
También señala que no entiende que se saquen los trapos sucios de otros hechos. Tiene razón. Ahí, me he equivocado yo personalmente. No pretendía joder a su asociación. Buscaba una reacción personal, y me he equivocado en el modo y en las formas. Una asociación no son tres, ni pueden vivir de los actos del pasado.
Pide disculpas por entrar por la noche, y quizás, como él dice, si desde un principio hubieramos estado así, la gente lo hubiera entendido mejor y podría haber servido de dinamización del campamento. Creo que nos puede haber faltado comunicación, pero no lo sé.
De todos modos, tal y como el dice, por mi parte queda cerrada esta guerra y, por supuesto pido disculpas por todo lo malo que hayamos o haya hecho.
Creo que es justo reconocer nuestros errores o los míos simplemente, y por supuesto aceptar disculpas de quien te las pide.
Como soy un inútil informático, a continuación expongo la carta que Marcos Municio me ha enviado, una vez mostrado su consentimiento.
Estimado Jandro,

Durante años he bebido esa forma especial de ser que caracteriza a nuestro campamento, a nuestra gente, a los AFA’S. Además, este año he tenido el honor de encabezar los 20 días inolvidables de aprendizaje mutuo que hemos vivido en plena Sierra de Gata. Por ello, debo confesar que me he enervado al ver la opinión que tú nos profesas, aunque en cierto modo la comprendo.
Sinceramente, como joven progresista y liberal que soy, me he sentido defraudado con la rectitud y disciplina militar de la que, en mi modesta opinión, habéis hecho gala. Un buen amigo me dijo que no todas las personas eran como nosotros, y me he dado cuenta. Pero me cuesta pensar que, precisamente un campamento de izquierdas, se tome las cosas tan a pecho (me refiero a lo del himno). Hablas de libertad ideológica o expresión y te molesta que te canten el himno del PP o te pinten una gaviota. Como jurista que eres te habrás leído en más de una ocasión el art. 16 CE, eso espero. Me duele os cueste tanto encajar esas pullas que os metíamos. De corazón te digo que no eran para nada malintencionadas, jamás. En nuestro campamento son una constante. Creo que hay que animarse y ser más alegre y gracioso. Es fundamental.
Creo que ves disputas donde no las hay. Que te canten el himno del PP es una gracia. Pero ya veo que no se le puede ni mencionar. ¿Por qué? Como antes, te repito que veis fantasmas donde no los hay. A lo mejor es que desde un principio no os creísteis este intercambio. Será porque somos una asociación religiosa. Pienso que os cuesta muchísimo amoldaros a un ambiente que no domináis. No es bueno fanatizar cada vez que escuchéis el himno o veáis una pegatina de quien sea.
Respecto a la salida nocturna a vuestro campamento, en primero lugar quiero disculparme. Lo siento en nombre de la Asociación. Entono el mea culpa. Aun así, creo que bromas como ésas, de haberlas hecho desde principios del campamento y mutuamente, hubieran favorecido el ambiente entre ambos campamentos. Creo que no fue para tanto, que tu reflexión en el blog es desmesurada. La intención era hacer una bromilla como respuesta a lo de las pintadas y nada más. Ni se iba a despertar a nadie ni causar ningún estrago. Pero bueno, como responsable de mi campamento, te pido disculpas. Espero que este suceso se quede aquí y no se enquiste. Confía en tu mano derecho para bajar los humos de los tuyos.
Lo que sí me ha dolido y mucho es que sacaras a relucir trapos sucios del pasado. Me refiero al tema de las mochilas. Sabes de sobra que nosotros tomamos las medidas pertinentes, bastante drásticas por cierto. Creemos que comportamientos así son intolerables. Por ello, sinceramente no comprendo que sacaras a relucir este asunto. Es como si yo asocio tu trabajo como futuro político a la corrupción de la época de Felipe González. Eso ha sobrado y lo sabes.
Además, debes considerar y acordarte del enorme cable que durante años y años ha echado la AFA a cualquier acto del CJEX. Cosas así nos quitan las ganas de seguir yendo como voluntarios, honestamente. Cosas así me duelen y me molestan. Tampoco debes olvidar que la base de tu campamento se apoya en el nuestro: acuérdate de que vuestro jefe de campamento se ha criado con nosotros.
Debo confesar que también me ha molestado el hecho de que antes de desahogarte en tu blog no hayas intentando contactar con nosotros, pedirme explicaciones. Pero respeto tu opinión.
En resumen, Jandro, te reitero mis diáfanas disculpas por todo y espero que esto se quede aquí, que no se enquiste y otro año organicemos otra cosa y sea un éxito. Eso depende de todos. Me gustaría que te pasaras en alguna acampada que organizáramos para que veas en primera línea cómo trabajamos y qué valores potenciamos, muchos de los cuales coincidirán con los vuestros.
Sin más, te deseo un buen verano. Si necesitas cualquier cosa mi teléfono es xxx. No leeré el correo en unos días porque estaré fuera, por si me contestas y yo no lo hago.
Te dejo con una frase de Pablo Iglesias.
“¿Qué es la guerra? Volvemos a repetir. Un crimen de lesa humanidad. Sí, un crimen que todos, absolutamente todos, y especialmente nosotros, los obreros, pues somos sus principales víctimas, debemos combatir, condenar...”.