CADALSO I

Apenas había dormido cuando llegué a la zona donde se encontraba el autobús aparcado y desde ese momento sabía que íba a ser un gran campamento. Los chavales, ilusionados no paraban de llamarnos a mi y a Miri ( éramos los que fuimos en el bus ) para darnos besitos y abrazos y contarnos chistes.
Comenzaron los primeros vaciles de la temporada 2007 y el pobre Ricardo estaba acojonado por la presencia de su hermano y yo, por llevar al grupo de los grandes, porque, a pesar de ser un conjunto de magníficas personas, creo que hay que dar todo lo que puedas y más para conseguir que disfruten, se diviertan y aprendan.
Al bajar del auto, vimos el campamento casi totalmente construído y se iniciaba una primera jornada que suele ser monótona y aturdida.
De este primer día me quedo con la charleta a mi rincón, porque cumplieron el pacto desde el principio: colaborar en los juegos, llevar de la mano a los pequeños y no protestar sin propuesta.
En esa primera noche descubrimos a la " mujer del saco ajeno ", joder, no habían pasado ni 24 horas, cuando la hermana de nuestra excelentísima enfermera ya la andaba liando...! mírala que joía, que rápido aprende !. Salvo el castiguillo por el cambio de tienda de la waltrapilla, nada más reseñable de esta primera toma de contacto.
El segundo día, fue lo que llamamos " programa tipo " y salvo tener que dar por primera vez la cara por los arangatanes y princesitas por un castigo, quizás un tanto injusto, poco más. Había en esos primeros días algún flipaino que se creyó Fidel, pero le ha quiedado claro que las palabras valen más que millones de gritos. Aprendetelo " cabroncete".