martes, 10 de agosto de 2010

Tras el Cristal

Apoyado en un estrecho alfeizar de madera clara, con la barbilla reposando sobre las palmas de mis manos y los ojos clavados en un austero interior de cal y acero, comienzo a esbozar una ligera sonrisa.

Veo a un señor cogiendo a un niño en brazos. Su tupida barba tapa casi por completo su rostro, pero deja entrever una graciosa carcajada. Escucho: "¡Goliat!" Y observo como el "criino" se enrabieta, llora y patalea mientras el adulto desternillado apenas se sostiene en la silla de tanto balanceo. Al rato, cuando el chiquillo ya está rojo como un tomate y transformando su pataleta en alarido, el grandullón le coge por las axilas y le empieza a hacer pedorretas en la tripita y cosquillitas en la cinturita hasta que el enano cambia el llanto enrabietado por una dulce carita de amor y felicidad...!De angelito gordito, chiquitito y “requetebonito”!...!más salao!

Continúo mirando por el diáfano cristal. Ahora me detengo en la figura de otro señor regordete y calvito. Levanta los brazos y contonea los dedos simulando tener unos cascabeles entre ellos: - “Yo es que veo mejillones con cebolla y leche y comienzo a escuchar campanillas”-. -“!Vamos, como si estuviésemos en navidad!”-. Se cachondeaba así de su esposa, que año tras año, les deleitaba en tan señaladas fechas con este suculento plato. Apoyado por su hijo, quien juraba que a la sopa la habían dado un paseito por el mar antes de servirla, amenizaban la velada con humor a la familia, comensales y contertulios que se acercaban.

-¡Qué me habían puesto una fecha de caducidad!-, decía al tiempo que se señalaba la calva simulando ponerse una etiqueta para seguidamente narrar la primera sesión que había recibido esa misma mañana.

¡Qué ganas de vivir y que entusiasmo!, pensaba para mí.

El entrañable señor, percatándose de mi presencia y sin previo aviso, con amable mueca y ademán conciso, me suelta: -La otra era un mal negocio, pero...¿A la enfermera que le has hecho?-. - ¡Que yo sepa nada, supongo que ser un soso!-. -¡Bueno, mira mejor, que esa no te convenía, que en vez de comidas ibais a hacer botiquines!-. -¡Así puedes seguir engañando a tus padres con viajes de Juventudes!-.

¡Una mano sobre mi hombro!.., ¡un estentóreo ruido!...,se cierra un horno....!Hasta siempre tío!.

2 comentarios:

Edu dijo...

Un abrazote

jandro dijo...

Ya me diste algo mejor que un abrazote, dos horitas o más de conversación. Graciaaaaaassss!!!